
Angustia de encierro, soledad entre la gente, donde colocarte pequeña ausente.
La pieza de un puzdle sin completar me dice al oído no llores más.
Billete de segunda en un avión que no despegó
navegando sin rumbo, a ninguna parte llegó, allí la esperaban para tomar el té.
Cayó de un árbol y ya no se encontró, marchó a París para cumplir los sueños que con otra compartió.
Y ella sonríe no saben de que, mientras pasa su vida en un mundo sin salida.
La soledad terminó para empezar el exceso de miel.
Las ideas preconcebidas amarga hiel le sirven mientras el violín completa una partitura sin final.
La fiesta continúa, los viajes no terminan y el viento no cesa de volarme los escritos de una historia que no empecé.
La hipocresía social es un hecho, asúmelo. (Ministerio del interior)
Deja que el barro se seque...
S.